El Estado enseña sobre las lenguas originarias:
una reflexión desde el programa “Aprendo en Casa”
Virginia Zavala
Ponticia Universidad Católica del Perú
vzavala@pucp.edu.pe
Raiza Franco
Ponticia Universidad Católica del Perú
raizac.francoa@pucp.edu.pe
Recibido: 16/08/2020
Aprobado: 2/12/2020
ISSN: 2077-4168
10.34236/rpie.13.2020_4
R E V I S T A P E R U A N A D E I N V E S T I G A C I Ó N E D U C A T I V A
2 0 2 0 , N o . 1 3 , p p . 9 9 - 1 2 6
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Virginia Zavala y Raiza Franco
Resumen
En este artículo, realizamos un análisis crítico del programa sobre “Las lenguas
indígenas y originarias del Perú” transmitido en “Aprendo en Casa” por la tele-
visión nacional peruana durante la pandemia del COVID-19. Nos enfocamos
en tres aspectos sobre cómo el programa despliega un discurso dominante en
torno a las lenguas originarias y sus hablantes, con el objetivo de desentrañar
sus racionalidades y estrategias. En la primera parte, damos cuenta de una retó-
rica del ‘discurso de las lenguas en peligro’ que se ha instalado como la manera
natural’ de hablar sobre las lenguas minorizadas. En la segunda, evidenciamos
que este discurso se encarga de proyectar un multilingüismo celebratorio y de
negar los antagonismos. En la tercera parte, analizamos la relación esenciali-
zante entre lengua, cultura, identidad y territorio, que termina excluyendo a
las personas que se identican con las lenguas originarias, pero que no encajan
dentro de esta ecuación. Argumentamos que el discurso analizado se vincula
con el manejo de la diversidad en el marco de la nueva economía globalizada
y con un multiculturalismo neoliberal imperante en el Perú desde hace varias
décadas. Asimismo, sostenemos que esta manera de abordar las lenguas origi-
narias dista mucho de una educación lingüística necesaria para la formación
crítica de los educandos y proponemos algunas alternativas.
Palabras clave: multilingüismo, políticas lingüísticas, educación
intercultural bilingüe, quechua, análisis crítico del discurso
e State teaches about indigenous languages:
a reection from the program “Aprendo en Casa
Abstract
In this article, we make a critical analysis of the program on “Indigenous and
native languages of Peru” transmitted on “Aprendo en Casa” by the Peruvian
national television during the COVID-19 pandemic. We focus on three aspects
of how the program deploys a dominant discourse around indigenous languages
and their speakers, with the aim of unraveling its rationalities and strategies. In
the rst section, we report on the rhetoric of a ‘discourse of endangerment’ that
has become established as the ‘natural’ way of speaking about minoritized lan-
guages. In the second section, we show that this discourse projects a celebratory
multilingualism and denies antagonisms. In the third and nal one, we analyse
the essentializing relationship between language, culture, identity and territory,
which ends up excluding people who identify with the indigenous languages but
do not t into this equation. We argue that the discourse analyzed is linked to the
management of diversity within the framework of the new globalized economy
and with a neoliberal multiculturalism that has prevailed in Peru for several de-
cades. Likewise, we maintain that this way of dealing with indigenous languages
is far from a language education necessary for the critical formation of learners
and we propose some alternatives.
Key words: multilingualism, language policy, intercultural bilingual
education, Quechua, critical discourse analysis
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El Estado enseña sobre las lenguas originarias: una reflexión desde “Aprendo en Casa”
Introducción
Sabemos que el aula no constituye una caja cerrada o un contexto educativo
disociado de procesos sociales y culturales, sino un espacio sociopolítico don-
de se desarrollan luchas por jar versiones de la realidad, que, a su vez, sirven
a los intereses de grupos particulares. En el marco de estas batallas por jar
versiones de la realidad en torno a diferentes aspectos, los procesos educativos
también construyen una idea sobre las lenguas en general, las lenguas origina-
rias de manera especíca y los hablantes de estas últimas.
El objetivo del presente artículo es realizar un análisis crítico del pro-
grama “Aprendo en Casa” dedicado a “las lenguas indígenas y originarias del
Perú”, producido por el Ministerio de Educación durante la pandemia del CO-
VID-19 y dirigido a estudiantes de quinto de secundaria. Esta crítica a la forma
de enseñar sobre las lenguas originarias en una emisión de este programa no
constituye un cuestionamiento al programa en general ni pretende revelar la
forma como el mismo ha trabajado otros múltiples temas. Nuestro análisis no
intenta desmerecer la calidad del programa, sino visibilizar un discurso global
que se ha enraizado en las últimas décadas, y que nos parece fundamental ex-
plicitar, problematizar y discutir.
Las preguntas que nos planteamos son las siguientes: ¿Qué discurso (o
maneras de hablar) sobre las lenguas originarias y sus hablantes despliega el
Estado?¿Qué presupuestos subyacen a este discurso? ¿Qué estrategias emplea
el Estado para jarlo como un régimen de verdad? ¿Qué proyectos políticos se
articulan a estas maneras de hablar sobre las lenguas originarias? Para tal n,
desarrollamos un análisis discursivo que dará cuenta de cómo se construye la
racionalidad de esta manera de percibir la realidad. Al respecto, sabemos que el
lenguaje que usamos no solo sirve para expresar ideas o para hacer referencia a
objetos, sino también para construir conocimiento e incidir en comportamien-
tos. El uso del lenguaje tiene efectos en la sociedad: construye saberes, justica
técnicas de poder y naturaliza maneras de aprehender el mundo (Hall, 2010).
Situamos esta indagación en los recientes desarrollos de la antropología
lingüística y la sociolingüística crítica (Niño-Murcia et al., 2020; Heller y McE-
lhinny, 2017; García et al., 2017; Gal y Irvine, 2019), que abordan las prácticas
lingüísticas en su interrelación con las condiciones sociohistóricas, políticas y
económicas que las producen. En este trabajo, argumentamos que el discurso
analizado se vincula con el manejo de la diversidad en el marco de la nueva
economía globalizada y con un multiculturalismo neoliberal
1
imperante en el
Perú desde hace varias décadas. En ese sentido, lo que resulta funcional en este
1. Como señala Kymlicka (2013), si bien el multiculturalismo surgió como parte de
movimientos emancipatorios en la década de 1960, el neoliberalismo se apropió de
él bajo la premisa de que la diversidad cultural puede ser un activo económico o una
mercancía en el mercado mundial, siempre y cuando no amenace el régimen existen-
te de relaciones productivas.
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contexto es precisamente un discurso despolitizado sobre las lenguas origina-
rias, que las concibe como objetos desvinculados de las luchas socioeconómi-
cas de sus hablantes. Asimismo, sostenemos que esta manera de abordar las
lenguas originarias dista mucho de una educación lingüística necesaria para
la formación crítica de los educandos y proponemos algunas alternativas con
miras a promover una educación lingüística más acorde a este n.
A manera de contexto
Desde el inicio de la república peruana, la diversidad lingüística jamás se con-
templó como un recurso que podía enriquecer el funcionamiento de la nación,
sino como un problema que había que ‘solucionar’ a partir de la educación
de la población indígena. Hoy, el discurso ocial del país fomenta una visión
favorable a la diversidad cultural y lingüística, pero lo suele hacer desde una
perspectiva funcional y despolitizada, y a partir de un claro modelo de desa-
rrollo neoliberal que está congurando todos los aspectos de la existencia en
términos económicos y anulando elementos básicos de la democracia (Brown,
2016). Creemos que es importante reconocer los esfuerzos que se han realizado
desde el Ministerio de Educación y el Ministerio de Cultura en la última déca-
da. No obstante, también quisiéramos sostener que la apuesta por la diversidad
no parece servir para cuestionar el modelo hegemónico de desarrollo, para
subvertir las relaciones de poder inequitativas o para apuntar a cambios estruc-
turales en las relaciones económicas.
En el terreno educativo, el Perú cuenta con marcos legales e iniciativas
favorables para que la diversidad lingüística se trabaje en todos los niveles. Sin
embargo, la educación intercultural bilingüe (EIB) no ha dejado de concebirse
como una simple ‘compensación’ o un remedio frente a un supuesto ‘problema
que tienen los niños y niñas indígenas de zonas rurales. Si bien actualmente
el país cuenta con resoluciones ministeriales que plantean diferentes formas
de atención de la EIB para múltiples contextos, en la práctica, la educación
intercultural bilingüe no se ve como necesaria en escuelas de zonas urbanas y
en niveles educativos que vayan más allá de la primaria, aun sabiendo que los
hablantes de lenguas originarias con diversas trayectorias de bilingüismo están
por todo el Perú (ver más en Trapnell y Zavala, 2013). De hecho, los valiosos
esfuerzos de algunos funcionarios disidentes del Ministerio de Educación se
enfrentan constantemente a un discurso educativo hegemónico que termina
cooptando muchas de sus iniciativas.
Asimismo, a pesar de que hoy contamos con un Ministerio de Cultura
y con una Dirección de Lenguas Indígenas, constatamos que, en general, las
políticas que se desarrollan desde este sector se suelen enmarcar en un multi-
culturalismo celebratorio funcional a la nueva economía globalizada. Así, por
ejemplo, el Ministerio de Cultura se encarga de ‘celebrar’ las lenguas origina-
rias solo en fechas conmemorativas anuales, como la del Día Internacional de
la Lengua Materna o la del Día de las Lenguas Originarias del Perú. Ahora
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bien, es cierto que, en la última década y desde la Dirección de Lenguas Indí-
genas en particular, se ha avanzado en garantizar los derechos lingüísticos de
un sector de la población que no maneja el castellano, en cuanto a su acceso
a los servicios estatales en salud, justicia y gobierno local. No obstante, estas
políticas se han alineado con la perspectiva compensatoria del Ministerio de
Educación, en el sentido de que se suele asumir que hablar la lengua originaria
en las entidades del Estado es importante solo para atender a los campesinos
que viven en las alturas y que no saben castellano (Zavala et al., 2014). Hasta el
programa estatal de TV en quechua “Ñuqanchik, que fue lanzado al aire en el
2016 y está cumpliendo un rol fundamental, funciona siguiendo el mismo tipo
de razonamiento, al proponerse incorporar a todos los peruanos que todavía
no hablan castellano. A pesar de todo lo anterior, creemos que los avances de la
última década (que incluyen mucho trabajo desde la sociedad civil) han gene-
rado un mayor reconocimiento de las lenguas originarias en el espacio público.
Esto se revela, por ejemplo, en el hecho de que las personas tengan menos
vergüenza de hablarlas en las ciudades, de que muchos jóvenes y adultos quie-
ran aprenderlas en clases formales, o de que congresistas puedan juramentar o
discutir en quechua durante el pleno sin que la población se escandalice como
lo hacía hace diez años.
¿Cómo realizamos la presente investigación?
Para este trabajo, revisamos una emisión del programa “Aprendo en Casa
transmitido por televisión nacional y otras cinco televisoras privadas como
parte de la estrategia de educación a distancia creada por el Gobierno peruano
durante la pandemia del COVID-19 y el connamiento obligatorio. Esta emi-
sión titulada “Las lenguas indígenas y originarias del Perú”
2
estuvo dirigida
a los estudiantes de quinto año de secundaria como parte del área de Desa-
rrollo Personal, Ciudadanía y Cívica. Luego de transcribir su contenido por
completo, realizamos una revisión detenida en la que fueron emergiendo de la
data una serie de representaciones sobre las lenguas originarias y sus hablantes.
Así, seleccionamos las más recurrentes para discutirlas en el artículo y hacerlas
dialogar con la teoría. Finalmente, elegimos algunos extractos de la transcrip-
ción que consideramos representativos y aplicamos algunas herramientas del
2. Esta emisión se transmitió el jueves 21 de mayo y tuvo una duración aproximada
de 52 minutos. Además, se presentó un extracto de este programa el día 22 de mayo
como parte del repaso habitual que realiza dicha sección todos los viernes. La gra-
bación del programa fue realizada durante la pandemia y contó con la participación
de la conductora de “Aprendo en Casa”, una exespecialista del Ministerio de Edu-
cación como conductora invitada, un experto, una exfuncionaria del Ministerio de
Educación y tres estudiantes. En el video, se utilizó un extracto del documental “Las
lenguas del Perú”, producido en el 2008 por la PUCP y TV Cultura. Video disponible
en https://bit.ly/3au0dFB.
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análisis del discurso (Halliday, 1994; Van Leeuwen, 1996) para explicitar las
representaciones construidas en torno a las lenguas originarias y sus hablantes.
El análisis del discurso con enfoque crítico apuesta por visibilizar y desem-
paquetar las ideologías que se despliegan en las prácticas discursivas y que me-
dian nuestra acción con la realidad (Fairclough, 2003; Wodak y Meyer, 2003).
Una perspectiva crítica supone reconocer que no accedemos a la realidad de
forma transparente, sino siempre a través de representaciones particulares que
se han construido desde perspectivas e intereses especícos, y que el lenguaje
se encarga de simbolizar (Hall, 2010). Estas representaciones se asumen como
representaciones ideológicas cuando mantienen oculto el lugar de enuncia-
ción, acarrean efectos de universalidad y borran los antagonismos sociales para
ejercer poder (Burdman, 2011). Así, entonces, planteamos que las maneras de
hablar sobre las lenguas originarias y sus hablantes en el programa analizado
no son neutrales ni objetivas, sino que constituyen un repertorio interpretativo
que se repite y no se cuestiona. La noción de repertorio interpretativo hace re-
ferencia a una línea argumentativa culturalmente familiar compuesta de temas
y lugares comunes, con formas relativamente coherentes de hablar sobre ob-
jetos en el mundo que echan mano de recursos lingüísticos especícos (Burr,
2003; Edley, 2001).
Ahora bien, este repertorio interpretativo en torno a las lenguas origina-
rias y sus hablantes no existe en solo un texto (o únicamente en la emisión
del programa analizado), sino que circula en múltiples prácticas discursivas en
una diversidad de contextos. Si bien nosotras focalizamos nuestra discusión
en el programa, somos conscientes de que el repertorio reproducido en él se
enmarca en el desarrollo de las políticas lingüísticas que se han construido his-
tóricamente en el Perú en articulación con discursos que trascienden el ámbito
nacional, como es el caso de aquellos de las agencias multilaterales. Comple-
mentamos el análisis del programa con otros textos ociales producidos desde
el Estado en otros espacios a n de ilustrar las conexiones.
No quisiéramos iniciar el análisis sin una reexión sobre nuestro posicio-
namiento como lingüistas y sobre el hecho de que nosotras mismas hemos es-
tado inmersas en el discurso analizado como parte de nuestra formación aca-
démica. Como señala Duchêne (2020), desde la sociolingüística, se ha asumido
la diversidad lingüística como un valor para hacer frente a las ideologías mo-
nolingües que armaban la superioridad de las lenguas de poder sobre las mi-
norizadas. Así, se asumió que el reconocimiento del multilingüismo promueve
de facto justicia social, sin que esto haya ido acompañado de un cuestiona-
miento de las condiciones socioeconómicas en las que sus hablantes viven. No-
sotras también hemos concebido las lenguas como ‘cosas, hemos reproducido
el discurso de las lenguas en peligro que analizamos a continuación, y hemos
priorizado la defensa de las lenguas en desmedro de la defensa de sus hablan-
tes. La primera autora incluso fue una de las creadoras del video “Las Lenguas
del Perú”, en el que también se deslizan algunos aspectos del repertorio in-
terpretativo analizado. Asimismo, la segunda autora realizó investigaciones de
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documentación y descripción de una lengua originaria minorizada, y asumió
que un mayor nivel de documentación y ocialización inuiría en su revitali-
zación de manera automática. Las discusiones desarrolladas en las últimas dé-
cadas por la antropología lingüística y la sociolingüística crítica nos han ayu-
dado a tomar distancia no solo del discurso del Estado y del de ‘las lenguas en
peligro’ que lo trascienden, sino también de un sector hegemónico de nuestra
disciplina que se suele alinear con ellos (para una mayor discusión, ver Hill,
2002; Flores y Rosa, 2020; King, 2016; entre otros).
El discurso del Estado sobre las lenguas originarias y sus hablantes
En la presente sección, discutiremos tres aspectos sobre la visión que despliega
el programa en torno a las lenguas originarias y sus hablantes. Reiteramos que
se trata de una visión que trasciende el programa “Aprendo en Casa” y que se
enmarca en un discurso global que no se limita al Perú. En la primera parte,
damos cuenta de un discurso de las lenguas en peligro que busca crear alerta
sobre los procesos de desaparición de las mismas. En la segunda, evidenciamos
que este discurso se encarga de proyectar un multilingüismo celebratorio, y de
negar los antagonismos y las relaciones de poder implicadas en la situación de
los hablantes de lenguas originarias. Finalmente, en la tercera, analizamos la
relación esencializante entre lengua, cultura, identidad y territorio, que además
construye las lenguas originarias como lenguas del pasado. A lo largo del a-
lisis de los datos, insertamos una serie de categorías y discusiones teóricas que
nos ayudarán a interpretar y explicar el fenómeno abordado.
Discurso de las lenguas en peligro
En el programa de “Aprendo en Casa” analizado, encontramos una retórica del
discurso de las lenguas en peligro, que trasciende el espacio nacional y se ha
instalado como la manera ‘natural’ de hablar sobre las lenguas minorizadas en
ciertos contextos del mundo contemporáneo (Costa, 2013; Duchêne y Heller,
2007; Moore et al., 2010). Como parte de este discurso, discutiremos tres te-
mas o tropos recurrentes: (a) La valoración hiperbólica de las lenguas, (b) la
armación de que las lenguas son un bien común que nos pertenece a todos, y
(c) la enumeración de ‘las lenguas’ y el llamado de alarma sobre ‘su extinción
(Hill, 2002).
Los siguientes extractos muestran cómo tanto la conductora del programa
como el experto invitado reproducen estos tropos en sus intervenciones:
Qué impresionante verdad. Una manera muy creativa de recuperar
nuestras lenguas originarias ...
3
Siendo el Perú un país con tanta riqueza
3. En las citas a lo dicho por los participantes del video analizado, se han colocado
puntos suspensivos para omitir material no relevante para el análisis.
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cultural, esta situación es realmente preocupante. Como país, estamos
en peligro, en peligro de perder nuestra diversidad lingüística ... Además
de la educación intercultural bilingüe y diversas iniciativas del Estado y
asociaciones civiles, es importante que nosotros intentemos preservar
nuestras lenguas originarias” (conductora)
4
.
“Estamos ante un riesgo inminente de pérdida cognoscitiva, social, cul-
tural, artística, ético, valórica ... El COVID-19 está llevándose consigo
también a muchos ancianos y ancianas indígenas que son, como dicen
los africanos, las verdaderas bibliotecas de esa diversidad cultural lin-
güística civilizatoria que todavía atesora un país megadiverso como el
nuestro. ... Debemos emprender una tarea inmediata y urgente de re-
vitalización cultural y lingüística para preservar, y ojalá desarrollar, la
diversidad cultural y lingüística, que es un valor en sí mismo, un valor
que atesora a nuestro país y que no debe perderse” (experto).
A través del uso de elementos léxicos como “atesora” y “tanta riqueza cul-
tural, los extractos anteriores presentan una valorización hiperbólica de las
lenguas originarias que las construye como “un valor” en sí mismas (objetos
de riqueza o tesoros) a ser preservadas o recuperadas, al igual que piezas de
museo (Hill, 2002), y siempre vinculadas con una cultura ancestral idealizada.
Asimismo, el término “preservar” es recurrente en el programa: “Es importan-
te que nosotros intentemos preservar nuestras lenguas originarias, señala la
conductora en otro momento. Además, la alusión al “peligro de perder nuestra
diversidad lingüística” y al “riesgo inminente de pérdida” revela este discur-
so de las lenguas en peligro que alerta sobre una situación alarmante para la
humanidad. La gura 1, que presenta un ache elaborado por el Ministerio
de Cultura con motivo del Día Internacional de la Lengua Materna, muestra
precisamente lo anterior.
4. Todas las transcripciones de los extractos analizados han sido realizadas por las
autoras.
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El Estado enseña sobre las lenguas originarias: una reflexión desde “Aprendo en Casa”
Figura 1
Ahora bien, estas armaciones contrastan marcadamente con la estigma-
tización existente hacia las y los hablantes de lenguas originarias en el marco
de una sociedad que les imposibilita acceder a recursos tanto simbólicos como
materiales a través de ellas. En ese sentido, esta representación de las lenguas
originarias está alejada de los hablantes reales y contribuye a que estos las per-
ciban como recursos que tienen valor solo fuera del mercado cotidiano.
Asimismo, en los extractos citados, se sostiene la premisa de que las len-
guas originarias nos pertenecen a todos los peruanos, quienes debemos estar
convencidos de que poseemos esta particular forma de riqueza y que, por eso,
tenemos una responsabilidad sobre ellas. Para lograrlo, se utiliza el posesivo de
la primera persona plural (“nuestras lenguas originarias, “nuestra diversidad
lingüística”). Además, “nuestro país” y “un país megadiverso como el nuestro
son seleccionados como portadores de las lenguas gracias al uso del verbo “ate-
sora” en el discurso del experto. Este uso de la primera persona plural a lo largo
del programa es muy frecuente.
Sin embargo, presentar a las lenguas originarias como “nuestras” resulta
un poco contradictorio en un contexto como el peruano, ya que no encontra-
mos iniciativas importantes para que las lenguas originarias sean aprendidas
por los ‘no indígenas, quienes muchas veces no tienen información sobre ellas
(“¿Tú conocías cuán enorme era nuestra diversidad lingüística?”, pregunta la
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conductora invitada
5
a su audiencia) y no conocen a personas que las hablan.
Así, la idea de que las lenguas y la diversidad cultural le pertenecen al país
contrasta con “la noción de la diversidad cultural y lingüística ... pensada como
patrimonio de estos ‘Otros’ que existen en lugares ‘Otros’” (Zavala, 2020b). Si
bien en los últimos años las políticas educativas han empezado a contemplar una
educación intercultural bilingüe que trascienda las zonas rurales, en la práctica,
las lenguas originarias siguen siendo parte de una educación compensatoria y
remedial dirigida únicamente a la población de origen indígena, e incluso no se
ven como necesarias en las escuelas de zonas urbanas y niveles educativos que
van más allá de la primaria (Trapnell y Zavala, 2013). En términos de Pennycook
(2002), se trataría de un tipo de educación en lengua materna basada en estra-
tegias coloniales de gobernanza y en formas particulares de construir al Otro.
Junto a los tropos anteriores, también identicamos la enumeración como
una estrategia recurrente que consiste en presentar estadísticas impactantes so-
bre la cantidad de lenguas originarias existentes, sus niveles de vitalidad y la
escasa cantidad de hablantes. Esta estrategia de la enumeración, que está en el
centro del ‘discurso de las lenguas en peligro’ (Moore et al., 2010), presenta a las
lenguas como objetos jos y autónomos, y desvía la atención de las dinámicas
de cambio en tanto las simplica. En la emisión analizada, esta estrategia es re-
producida no solo por la conductora, sino también por las personas invitadas,
como los estudiantes, el experto y la conductora invitada. Veamos los extractos
siguientes, donde el primero le corresponde a la conductora y el segundo, a la
conductora invitada:
¿Sabías que, según datos obtenidos por el Minedu en nuestro país, de
las 48 lenguas originarias que existen, 21 de ellas están declaradas len-
guas en peligro y, de estas 21 lenguas, 4 de ellas se encuentran en peligro
de desaparecer, 10 lenguas seriamente en peligro de desaparecer y 7 en
situación crítica? La lengua kukama kukamiria que acabamos de escu-
char en el video es una de las lenguas que se encuentran seriamente en
peligro de desaparecer” (conductora).
Cada una de las 48 lenguas tienen diferentes estados de vitalidad.
Hay lenguas vitales que son habladas por las diferentes generaciones
como el aymara o el shipibo conibo. Hay lenguas en peligro que se
están dejando de transmitir a las nuevas generaciones, como las lenguas
yawa y yanesha. Y hay otras lenguas que están seriamente en peligro de
desaparecer; es decir, solo los adultos mayores la hablan, como es el caso
de la lengua omagua o iñapari” (conductora invitada).
5. La conductora invitada de este programa ha trabajado anteriormente como funciona-
ria en la Dirección General de Educación Básica Alternativa, Intercultural Bilingüe y
de Servicios Educativos en el Ámbito Rural (Digeibira) del Ministerio de Educación
(Minedu).
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El Estado enseña sobre las lenguas originarias: una reflexión desde “Aprendo en Casa”
A pesar de las buenas intenciones que motivan su uso, esta estrategia re-
sulta problemática, pues proyecta una preocupación por defender ‘las lenguas
e invisibiliza la situación de sus hablantes. Además, el énfasis en la enumera-
ción puede jar una percepción negativa sobre las comunidades y podría uti-
lizarse, por ejemplo, para justicar que una comunidad no merece fondos es-
tatales porque se trata de una población insignicante en términos numéricos.
Podemos apreciar esta estrategia de enumeración en la gura 2, que muestra
un ache realizado por el Ministerio de Educación en el contexto del Día de
las Lenguas Originarias del Perú. En el programa, la conductora invitada prio-
riza la identicación de ‘las lenguas’ como códigos jos que se pueden listar:
¿Hablas alguna lengua originaria? ¿Cuál? ¿Qué lenguas hablan o hablaban tu
mamá, tu papá, o tus abuelos o bisabuelos? ¿Cuál de las lenguas de la Amazonía
mencionadas en el video conoces o has escuchado hablar de ella?”. Sin desme-
recer esta estrategia de identicación como punto de partida, queremos llamar
la atención sobre el riesgo de que la presentación de las lenguas como entidades
contables desaproveche que los estudiantes reexionen y realicen preguntas
cualitativas sobre los procesos sociales que explican por qué determinados re-
cursos y prácticas lingüísticas se dejan de usar.
Figura 2
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En esta sección, hemos abordado la representación de las lenguas origina-
rias como riquezas invaluables, la reiteración de que son pertenencias naciona-
les y la estrategia recurrente de la enumeración, en el marco de una ideología
que invisibiliza su lugar de enunciación y que se erige como buena en sí misma.
En la siguiente sección, veremos que lo anterior se ve reforzado por un mul-
tilingüismo celebratorio que niega los antagonismos y las relaciones de poder
implicadas en la situación de los hablantes de lenguas originarias.
La celebración del multilingüismo y la negación de los antagonismos
El programa “Aprendo en Casa” transmitió una imagen de las lenguas origina-
rias como dispositivos que funcionan al margen de las estructuras sociales, en
el marco de un discurso bastante hegemónico. El énfasis se colocó, más bien,
en hablar de las lenguas originarias desde una perspectiva celebratoria que
invisibiliza el papel que el contexto, la historia y las causas estructurales han
jugado y juegan en el devenir no solo de las lenguas, sino, sobre todo, de la si-
tuación de sus hablantes. Así, por ejemplo, la conductora señala que “somos un
territorio privilegiado con 19 familias lingüísticas y 48 lenguas originarias o in-
dígenas. Asimismo, al hacer referencia a los estudiantes que asisten al Tinkuy,
6
plantea: “Es impresionante tanta sabiduría y tanto amor por su cultura. En este
caso, el uso del posesivo en tercera persona (“su cultura”) se contradice con el
uso de “nuestra cultura” y la idea de que las lenguas originarias nos pertenecen
a todos los peruanos. En ambos casos, el discurso celebratorio se relaciona con
la valorización hiperbólica que discutimos en el acápite anterior.
Si bien se incorporan las voces de expertos, estudiantes, funcionarios e
incluso de un video elaborado por académicos (“Las lenguas del Perú”), es im-
portante notar que el programa opta por seleccionar solo los aspectos menos
problemáticos’ de estas fuentes, los que termina recontextualizando en el mar-
co de los objetivos de la emisión. De esa manera, por ejemplo, aunque introdu-
ce algunas secciones del video antes mencionado, estas no hacen ninguna refe-
rencia a los procesos de discriminación que sufren los hablantes de las lenguas
originarias, sino solo a la estructura lingüística de estas lenguas, a la noción de
familia lingüística’ y al hecho de que todas las lenguas son gramaticalmente
complejas. Lo mismo ocurre cuando se trae la voz de tres estudiantes en una
secuencia o cuando habla la conductora invitada en otro momento. Veamos los
siguientes extractos:
“En el Perú, tenemos 48 lenguas, 4 andinas y 44 amazónicas” (estudiante #1).
6. El Tinkuy es un evento/encuentro que organiza el Ministerio de Educación todos los
años en Lima con niños y niñas de todo el Perú. Se puede acceder a su página web
ocial en http://www.minedu.gob.pe/tinkuy/
I 111
El Estado enseña sobre las lenguas originarias: una reflexión desde “Aprendo en Casa”
“Y es por esto que en la actualidad contamos con 48 lenguas originarias
u ociales en todo el Perú” (estudiante #2).
Cabe resaltar que estas lenguas se enfrentan continuamente a los pro-
blemas de la extinción. Hasta el momento, han desaparecido alrededor
de 35 lenguas y es lamentable saber que tenemos tres lenguas que están
en peligro, y otras 18 que están en un serio peligro de desaparecer. Es
lamentable” (estudiante #3).
“Hemos visto que nuestro país tiene gran variedad de lenguas. Pero,
teniendo tantas lenguas, ¿por qué casi siempre escuchamos solo el
castellano? Lo que sucede es que hemos pasado por múltiples proce-
sos históricos que han provocado la imposición de unas lenguas sobre
otras. Así como en el caso del quechua en la época del Tahuantinsuyo,
el castellano como lengua predominante ha provocado la exclusión y
discriminación de las lenguas originarias, las que, por ejemplo, no siem-
pre se consideran en la atención en los servicios públicos, como salud y
justicia” (conductora invitada).
Creemos que este tipo de discurso naturaliza la situación de vulnerabili-
dad de las lenguas al silenciar los procesos históricos, las relaciones de poder
y los sujetos involucrados. Así, por ejemplo, en la secuencia de los estudiantes,
priman los tipos de verbo mediante los cuales se da cuenta de una realidad sin
fuerzas humanas ni responsables de los procesos sociales (Halliday, 1994). Por
un lado, los verbos existenciales “tenemos” (“tenemos tres lenguas que están
en peligro”), “contamos con” (“en la actualidad contamos con 48 lenguas ori-
ginarias”) y “han desaparecido” (“han desaparecido alrededor de 35 lenguas”)
muestran una realidad en la que los fenómenos existen o dejan de existir más
allá de procesos sociales con sujetos responsables. Por otro lado, los verbos
relacionales “están” (en “tres lenguas que están en peligro” y “otras 18 que es-
tán en serio peligro”) atribuyen la condición de riesgo a las lenguas de forma
natural, como si se tratara de características propias de ellas y, nuevamente, sin
contemplar estructuras sociales (y grupos especícos) que han condicionado
esta situación de peligro. Más aún, en la frase “estas lenguas se enfrentan con-
tinuamente a los problemas de la extinción” (del estudiante #3), las lenguas
aparecen como víctimas de instancias despersonalizadas a partir de estrategias
de nominalización (“problemas de la extinción”), y no de grupos de poder que
históricamente se han encargado de invisibilizar a la población originaria y de
negarles derechos ciudadanos.
Con relación al extracto de la conductora invitada, encontramos la mis-
ma tendencia. Si bien se hace referencia implícitamente a procesos de discri-
minación, los actores sociales mencionados están despersonalizados a partir
de mecanismos de abstracción y objetivización (Van Leeuwen, 1996). Así
por ejemplo, en un primer caso, son los “múltiples procesos históricos” (una
112 I
Virginia Zavala y Raiza Franco
abstracción) los que “han provocado la imposición de unas lenguas sobre
otras, mientras que, en un segundo caso, es “el castellano” (una objetivización)
el que “ha provocado la exclusión y discriminación de las lenguas originarias.
Los casos anteriores, sumados al uso del mecanismo de supresión en “no se
consideran, invisibilizan a seres humanos concretos.
Más allá de lo anterior, el programa tiende a emitir un discurso del ‘deber
ser’, que proyecta una situación ‘ideal’ de las lenguas originarias abstraída de
la situación concreta de sus hablantes. Así, por ejemplo, la conductora invi-
tada trae a colación “10 cosas que debes saber sobre las lenguas originarias,
como las siguientes: “todas las lenguas son importantes independientemen-
te de cuántas personas la hablen, “hablar una lengua indígena originaria no
es un obstáculo para aprender nuevas lenguas, “debemos promover el uso de
las lenguas que estamos dejando de hablar para que estas no desaparezcan,
y “todas las lenguas indígenas y originarias peruanas son ociales. Si bien es
central poner sobre la mesa esta dimensión de la discusión, también es funda-
mental explicar que las ideologías que se han construido históricamente sobre
las lenguas originarias complejizan lo anterior. En oposición a las armaciones
de la conductora invitada, en el Perú no todas las lenguas se conciben como
importantes, se piensa que el quechua ‘malogra’ el castellano de los bilingües,
los padres de familia no transmiten estas lenguas a sus hijos por miedo a que
estos sean discriminados, y la ocialidad de las lenguas originarias no suele
funcionar en la práctica. Entonces, si los postulados del deber ser no se com-
plementan con explicaciones complejas que deconstruyan las ideologías que
sitúan a las lenguas originarias (y sus hablantes) como inferiores al castellano,
estos pueden contribuir con invisibilizar la discriminación que obliga a sus
hablantes a dejar de hablar su lengua.
Relación entre lengua, identidad, cultura y territorio
El discurso dominante en torno a las lenguas originarias y sus hablantes tam-
bién construye una asociación entre una lengua, por un lado, y una cultura,
una identidad o una comunidad especíca, por otro, como si se tratara de en-
tidades delimitadas que se corresponden directamente, y como si la identidad
o la cultura fueran aspectos esenciales de una lengua (Heller, 2020). En esta
sección, queremos argumentar que la asociación mencionada limita el alcance
de las lenguas originarias, pues reica las identidades de los hablantes y, al ha-
cerlo, restringe sus posibilidades de recrearlas. Como consecuencia, también
deslegitima a un sector amplio de hablantes cuya identidad supuestamente no
encajaría en lo que se asocia con el uso de las lenguas originarias. Tal es el caso
de personas que viven en las ciudades, que no despliegan un bilingüismo ‘coor-
dinado’ (en el sentido de encarnar a dos monolingües en uno), y que desarro-
llan prácticas culturales contemporáneas. Es como si la asociación ideológica
mencionada dictaminara que las personas que se identican con las lenguas
originarias solo pueden ser de una manera: vivir en zonas rurales, haber sido
I 113
El Estado enseña sobre las lenguas originarias: una reflexión desde “Aprendo en Casa”
socializadas en prácticas culturales ancestrales y hablar la lengua originaria
como lengua materna. Esta asociación entre hablar la lengua indígena y en-
carnar una identidad ‘indígena’ también se reveló en uno de los aches que
elaboró el Ministerio de Cultura para conmemorar el Año Internacional de las
Lenguas Indígenas, donde aparecía el eslogan de “Lenguas indígenas/Somos
indígenas” (ver Figura 3).
Figura 3
Esta manera de concebir la relación entre ‘lengua’ y ‘cultura’ se atribu-
ye a la obra de Sapir y de Whorf de la primera década del siglo XX, aunque
otros autores del siglo XIX ya la discutían (Bauman y Briggs, 2003; Heller y
McElhinny, 2017). Desde este paradigma, se asume que las estructuras y el
vocabulario de las lenguas proveen a sus hablantes con una serie de dispo-
siciones o parámetros que tienen un impacto en su interpretación de la rea-
lidad y en su comportamiento. En ese sentido, las lenguas (y sus categorías
gramaticales y elementos léxicos) serían depósitos que expresan un conjunto
local de signicados, en el sentido de una visión particular del mundo, que se
perdería cuando estas desaparecen (Blommaert, 2004). Ahora bien, aunque no
podemos negar que la forma lingüística inuye en la visión del mundo de los
hablantes, esta relación entre lengua y cultura nunca es determinante. Es más,
la bibliografía contemporánea ha dejado de colocar el énfasis en las estructuras
gramaticales y ha empezado a mirar cómo el uso de las mismas como parte
de las prácticas socioculturales construye asociaciones entre lengua, cultura
e identidad de una forma dinámica (Duranti, 2003; Heller, 2020; Jae, 2007).
El programa, sin embargo, reproduce un discurso muy extendido en el que ‘la
lengua’ como sistema personica ‘la cultura’ como una caja cerrada, donde los
hablantes no serían agentes de cambio cultural.
La conductora, la conductora invitada, el experto y los estudiantes ar-
man que la pérdida de una lengua involucra la pérdida de los ‘conocimientos,
‘la cultura, ‘la cosmovisión, ‘los saberes’ y ‘la identidad, como si todos estos as-
pectos estuvieran encarnados en las estructuras y el vocabulario de las lenguas.
114 I
Virginia Zavala y Raiza Franco
Pareciera que la lengua, a nivel de su forma, estuviera conectada a ‘la cultura,
como un conjunto de rasgos estáticos abstraídos de la práctica, es decir, de las
acciones que desarrollan los hablantes. Para ilustrar esta idea, veamos un par
de extractos. El primero es emitido por la conductora invitada y el segundo,
por un estudiante:
“Porque gracias a la conservación de ellas se asegura la preservación de
las distintas culturas y tradiciones que tenemos, así como nuestro ras-
go de identidad y sentido de pertenencia. Recordemos que una cultura
se transmite a través de una lengua; entonces, si perdemos una lengua,
perdemos una cultura y con ella muchos saberes” (conductora invitada).
“Es muy importante el hablar la lengua porque ya que, si lo perdemos,
no solamente perdemos la cultura, sino perdemos la cosmovisión de
la forma de ver de los pueblos. Y como dijo un autor, una lengua es un
museo vivo y también es un monumento de cultura; por eso, es im-
portante hablar nuestra cultura y seguir prevaleciendo en nuestro Perú”
(estudiante #1).
En los extractos anteriores, ‘la cultura’ se construye como el dispositivo
que existe solo en función a la existencia de la lengua. Esto se logra a partir
de cláusulas condicionales: “gracias a la conservación de ellas se asegura la
preservación de las distintas culturas y tradiciones que tenemos”; “si perdemos
una lengua, perdemos una cultura”; “si lo perdemos, no solamente perdemos la
cultura, sino perdemos la cosmovisión. Desde la misma racionalidad, la con-
ductora invitada arma que “una cultura se transmite a través de una lengua
y el estudiante señala que “es importante hablar nuestra cultura. Aunque sí
podemos plantear que el sistema de la lengua ‘transmite’ saberes culturales (en
el sentido de lo propuesto por Sapir y Whorf), falta precisar que, de manera
simultánea, el uso creativo de los recursos lingüísticos por parte de los grupos
sociales va recreando ‘la cultura’ y la forma como esta se va asociando a la
lengua. Las maneras en las que se usan los recursos lingüísticos no solo crean,
modican y anan tanto las prácticas culturales como las mismas estructuras
lingüísticas, sino también la intersección entre ambas, es decir, la relación que
concebimos entre ‘lengua’ y ‘cultura’ (Hill y Mannheim, 1992). Sin embargo, el
programa no contempla lo anterior. El hecho de que el estudiante haga referen-
cia a la lengua como un “museo” o un “monumento de cultura” da cuenta, más
bien, de una mirada estática de ambas.
El problema con reproducir estas ideologías esencializantes de la lengua,
la cultura y la identidad está en que se asumen estas categorías como clara-
mente delimitables, jas y estáticas, tal como se puede observar en la gura 4,
producida por el Ministerio de Educación. Al hacerlo, se terminan excluyendo
nuevas subjetividades que se construyen a partir del uso de los recursos de las
I 115
El Estado enseña sobre las lenguas originarias: una reflexión desde “Aprendo en Casa”
lenguas originarias
7
. Tal es el caso de muchas personas que se identican con
las lenguas originarias, pero que no encajan dentro de ‘la identidad’ o ‘la cul-
tura’ que se asocia con ellas. Los jóvenes kukama que cantan música urbana, y
que precisamente la conductora presentó al inicio del programa, son un claro
ejemplo de esto.
Figura 4
No obstante, el discurso dominante en torno a las lenguas originarias no
solo construye una asociación natural entre lengua y cultura, sino también una
ecuación entre lengua, y territorio o comunidad. Sabemos que la relación entre
lengua y territorio es histórica, y que, en el caso de las lenguas minorizadas,
esta ha servido para la movilización, la legislación y la calicación para dere-
chos por los organismos nacionales e internacionales. Sin embargo, en un con-
texto cada vez más móvil, asumir que las lenguas están ancladas o connadas
a un lugar también puede implicar consecuencias negativas para sus hablantes.
7. Después de todo, no es solo la lengua la que dene la identidad (y la cultura) de los
hablantes, sino que son los grupos sociales los que tienen la capacidad de intervenir
en la reinvención de sus lenguas en el marco de las prácticas en las que se compro-
meten. Solo con esta mirada –que implica asumir que los hablantes denen qué es
la lengua– podremos prevenir la exclusión de los bilingües cuyos repertorios no se
ajustan a ‘la lengua’ idealizada del pasado precontacto (Makoni y Pennycook, 2005;
Canagarajah, 2013; Irvine y Gal, 2000).
116 I
Virginia Zavala y Raiza Franco
Este discurso, que va mucho más allá del programa analizado, imagina una
realidad con territorios lingüísticos homogéneos e identidades esenciales que
se adscriben naturalmente a ellos. Por ejemplo, en un evento del Tinkuy (mos-
trado en la gura 5), se hace referencia a la presencia de “152 niñas y niños
andinos, amazónicos y de la costa peruana. La mención de niños y niñas de
la costa peruana revela que ‘lo andino’ y lo ‘amazónico’ como rasgo cultural se
confunden con lo andino y lo amazónico como territorio, y se asume que la
cultura andina’ corresponde, por ejemplo, con el territorio andino (y además
con las lenguas originarias andinas).
Figura 5
Así, esta ideología territorializa la lengua y ubica a las personas en lugares/
territorios especícos con la lengua que ‘naturalmente’ les pertenece. De hecho,
la jación de las lenguas en localidades especícas hace posible la enumeración
de lenguas y sus hablantes, que discutimos más arriba (Moore et al., 2010).
Durante el programa, por ejemplo, la conductora invitada presentó el mapa et-
nolingüístico y pidió “identicar [en él] en qué lugares en la actualidad se habla
el quechua, como si los hablantes de quechua no estuvieran en todas partes.
Asimismo, la experta
8
jó un vínculo entre las lenguas originarias (siempre
8. La experta invitada a este programa ha sido funcionaria de la Dirección General de
Educación Básica Alternativa, Intercultural Bilingüe y de Servicios Educativos en
el Ámbito Rural (Digeibira) del Ministerio de Educación (Minedu), y también del
Ministerio de Cultura.
I 117
El Estado enseña sobre las lenguas originarias: una reflexión desde “Aprendo en Casa”
como lenguas maternas), ‘los niños y niñas de pueblos indígenas, y la educa-
ción en zonas rurales, cuando el uso de estas lenguas también es parte de una
población urbana que no se considera indígena y que ha desarrollado diversas
trayectorias de bilingüismo. Finalmente, y a pesar de que el Ministerio de Edu-
cación cuenta ya con una política de EIB con diferentes modelos de atención
(y también para zonas urbanas), se construye una ecuación entre hablante de
lengua originaria y hablante de lengua originaria como lengua materna, donde
solo este último tendría derecho a una educación intercultural bilingüe:
“Una gran cantidad de niñas y niños peruanos tiene como lengua ma-
terna una lengua originaria como el quechua, aimara, awajún, shipibo,
conibo, asháninka, entre otras. Ellos tienen derecho a una educación
intercultural bilingüe en la que puedan aprender a leer y escribir en su
propia lengua y en el castellano como segunda lengua” (conductora
invitada).
En un contexto en el que los hablantes de las lenguas originarias como
lenguas maternas son cada vez menos, es fundamental pensar en una políti-
ca lingüística que integre y acoja a hablantes más heterogéneos que no nece-
sariamente correspondan con los estereotipos históricos. Nos referimos a los
estereotipos que posicionan a los hablantes de estas lenguas como ‘otros’ que
pertenecen a las zonas rurales, tanto física como culturalmente.
Maneras alternativas de hablar sobre las lenguas originarias
Frente a la manera de hablar del Estado sobre las lenguas originarias, emergen
maneras alternativas fuera del sistema educativo. Para generar un contraste
que pueda ilustrar la discusión, queremos traer a colación una publicación en
Twitter (con 22 comentarios). Este hilo de Twitter se produjo en el contexto
del escándalo mediático que generó el programa sobre las variedades del cas-
tellano en “Aprendo en Casa. Especícamente, los comentarios en estos tweets
reaccionaron a la forma en que un sector conservador del país se opuso a la
transmisión de un video que hacía referencia a los grupos de poder y a su res-
ponsabilidad en la reproducción de la desigualdad
9
. A partir de este ejemplo,
retomaremos algunas propuestas alternativas al discurso estatal.
9. Se trató de un programa titulado “Respeto a la diversidad cultural y variedades del
castellano”, que fue emitido el 5 de mayo del 2020. En él, se transmitió el video “Los
castellanos del Perú” realizado por un grupo de académicos de la Ponticia Univer-
sidad Católica en el 2004. El escándalo surgió porque, en el video, se hace alusión a
que el castellano estándar constituye una variedad lingüística construida a partir del
poder de los grupos sociales privilegiados. La forma en que se discute este tema en el
video no necesariamente se alinea con la visión del sector ni representa la forma en
que se suele trabajar en las instituciones educativas.
118 I
Virginia Zavala y Raiza Franco
En los comentarios que aparecen a continuación, los usuarios de Twitter
exponen los antagonismos de una forma explícita. En la gura 6, presentamos
la publicación inicial y tres comentarios seleccionados:
Figura 6
I 119
El Estado enseña sobre las lenguas originarias: una reflexión desde “Aprendo en Casa”
Casi todos estos textos tienen una estructura similar. Sus autores arman
el hecho de que a sus padres o a ellos mismos no les enseñaron la lengua ori-
ginaria, y atribuyen esta situación a la discriminación lingüística que estos su-
frieron. De esta manera, se genera una relación de causa-efecto, ya sea a partir
de conectores como “para que” o “porque, o vínculos causales implícitos. Más
allá de los reproducidos más arriba, tenemos los siguientes ejemplos: “Nunca
aprendí aymara para que no me discriminen. Se negaron a enseñármelo”; “Mi
mamá no me quiso enseñar porque sus compañeros de la @udelima la trataron
mierda”; “Mi padre no me enseñó aymara ... porque la misma sociedad dis-
crimina”; “Mi abuelo nunca dejó que aprendiera. Les dijo a mis papás que era
por el dejo que tendría al regresar a Lima”; “A mi papá de niño le prohibieron
hablar quechua, sus padres no querían que lo traten mal en la capital”; “Su ma-
dre nunca quiso que aprenda quechua porque ... no querían que se burlen de
su hijo. Además, en los ejemplos, los signicantes “no, “nunca, “tampoco, “se
negaron” y “le prohibieron” (entre otros similares) visibilizan los antagonismos
y contrastan con el llamado del programa analizado al deber ser (como cuando
el experto declara que “las propias familias y comunidades indígenas deben
volver a la transmisión intergeneracional de las lenguas ¿no? y deben volver
a transmitir sin vergüenza y hasta con orgullo ese saber”). A su vez, el uso de
la negación deja abierta la posibilidad de que la realidad sea de otra manera.
Sabemos que los enunciados negativos se usan usualmente para propósitos po-
lémicos, pues de modo intertextual presuponen la proposición armativa (o al
menos su posibilidad) en otros textos y lugares (Fairclough, 1992).
Asimismo, resulta interesante observar que, cuando se alude al hecho de
que no se transmitió la lengua originaria a las nuevas generaciones, se declara
en muchos casos que se trató de una decisión completamente consciente por
parte de los abuelos o padres. De hecho, los extractos muestran “una profunda
conciencia de la persistencia de la marginación real” (Blommaert, 2004). Los
fraseos “se negaron, “no me quiso enseñar, “le prohibieron, “nunca dejó que
aprendiera” y, sobre todo, “incluso acordaron no hablar en quechua delante de
sus hijos” muestran una decisión que se tomó como estrategia de sobrevivencia
y precisamente pensando en el futuro de los hijos. En algunos casos, también se
puede apreciar un contraste (y una tensión dramática) entre intentar enseñar la
lengua originaria y luego tener que retractarse: “Mi mamá intentó enseñarme
quechua de pequeño, dejó de hacerlo porque la gente se reía y tenía miedo de
que me molesten”; “Mi abuela me enseñó dentro de casa muchos números y
palabras en quechua, pero cuando íbamos al mercado me pedía que no las
dijera. A diferencia del discurso del programa educativo, en los tweets, no se
pone énfasis en la extinción de las lenguas o en la celebración de las mismas,
sino en cómo los hablantes viven el drama de tener que “bloquear” u “olvidar”
su lengua (y no transmitirla a las nuevas generaciones), debido a que esta se
ha asociado históricamente a territorios marginados (“mejor que no se den
cuenta de que eres de la sierra”) e identidades desvaloradas (“hablar con mote
podía signicar ignorancia”).
120 I
Virginia Zavala y Raiza Franco
Si bien las lenguas podrían seguir contándose y celebrándose como una
riqueza del país, creemos que, a su vez, es importante visibilizar otras maneras
de hablar sobre ellas. Los estudiantes de secundaria deberían reexionar sobre
el hecho de que las lenguas no son ‘objetos’ cuyas dinámicas existen al margen
de sus hablantes. Para los participantes de Twitter, por ejemplo, la lucha no está
en ‘preservar’ las lenguas, sino en cuestionar las ideologías que se han construi-
do en torno a ellas para marginar a los hablantes.
Nuestra propuesta es que se fomente en los estudiantes lo que se ha de-
nominado una conciencia lingüística crítica (Alim, 2010). Por un lado, esto im-
plica generar conciencia sobre la diversidad lingüística, lo cual supondría, por
ejemplo, conocer qué lenguas se hablan en el país, familiarizarse con algunas
estructuras lingüísticas de las lenguas originarias, y también entender que sus
gramáticas tienen un alto nivel de complejidad
10
. Sin embargo, esto no sería su-
ciente. Por otro lado, es fundamental discutir cómo esta diversidad está jerar-
quizada e inscrita en relaciones de poder. Al respecto, es necesario reexionar
sobre la forma en que los recursos lingüísticos se han cargado ideológicamente,
en el sentido de que han adquirido valoraciones particulares que benecian a
unos y perjudican a otros. Nos referimos, por ejemplo, a la asociación que se ha
naturalizado entre las lenguas originarias y territorios marginados (y racializa-
dos), a la vinculación entre producir transferencias del quechua en el castellano
y ser ignorante, a la idea de que las lenguas originarias ‘malogran’ el castella-
no, o a la premisa de que estas están extinguiéndose por razones naturales y
no sociales. Finalmente, más allá de generar conciencia sobre la diversidad y
promover una reexión crítica sobre la misma, también es importante diseñar
proyectos de intervención con los estudiantes, donde estos puedan contribuir a
transformar las representaciones y prácticas en torno a las lenguas, que se han
asentado históricamente y reproducen la desigualdad.
Asimismo, consideramos que es sustancial visibilizar formas alternativas
de lengua e identidad basadas en la práctica, y no en las formas lingüísticas, lo
que también se alinea con centrar la discusión en la situación de los hablantes.
La asociación rígida entre una lengua, una cultura, una identidad y un terri-
torio termina estereotipando y desempoderando a muchos hablantes, quienes
quedan jados en identidades en las que a veces ellos ya no se reconocen. De
hecho, actualmente, muchos jóvenes despliegan su agencia para construir sus
identidades quechuas de una manera más dinámica y, al igual que los usua-
rios de Twitter, desarrollan un discurso alternativo al Estado en torno a las
lenguas originarias y sus hablantes. Los múltiples ejemplos de colectivos de
jóvenes que hoy se encuentran difundiendo el quechua, y que quedarían fuera
del discurso ocial (Zavala, 2020a), podrían constituir material de discusión
con los estudiantes de secundaria. De hecho, si bien al inicio del programa se
transmitió un video musical de jóvenes kukama cantando música urbana, este
10. La conciencia lingüística crítica también involucra la diversidad de variedades y de
registros de una misma lengua.
I 121
El Estado enseña sobre las lenguas originarias: una reflexión desde “Aprendo en Casa”
no se usó para generar una reexión en los términos anteriores. En la misma
línea, también nos preguntamos si los estudiantes de “Aprendo en Casa, entre
los cuales muchos son hijos de hablantes de lenguas originarias que migraron
a las ciudades, se sentirían identicados con las identidades reduccionistas que
se asocian a estas lenguas desde la ocialidad y con el hecho, además, de que se
las construye como parte del pasado (“Nuestras lenguas originarias, las que se
hablaban antes de la llegada de los españoles, señala la conductora).
Sostenemos que la manera de abordar las lenguas originarias revelada en
el programa, y que forma parte de un discurso muy enraizado que lo trascien-
de, dista mucho de una educación lingüística necesaria para la formación inte-
gral de los educandos. Según Lagares (2019), una buena educación lingüística
debe hacer la crítica ideológica de las ideologías lingüísticas en vigor, estimu-
lar el pensamiento crítico, abrir los ojos a la diversidad y al reconocimiento de
las diferencias y denunciar los esencialismos esterilizantes” (párr. 7). Este tipo
de educación no solo se vincula con el aprendizaje de lenguas, sino sobre todo
con la formación crítica de la ciudadanía, una formación que es fundamental
para los adolescentes del sistema educativo peruano y el desarrollo democrá-
tico del país.
Reexiones nales
En el presente artículo, hemos argumentado que existe una manera de hablar
sobre las lenguas originarias en el Estado peruano, en el sentido de un reperto-
rio interpretativo que es recurrente y no se cuestiona. En el caso de las lenguas
originarias, hemos observado que esta manera de hablar supone el uso de cier-
to tipo de léxico (como “peligro, “pérdida, “preservar” o “riesgo”), metáforas
recurrentes (relativas a la extinción de las especies, por ejemplo); estrategias
discursivas vinculadas con la enumeración de las lenguas, la celebración del
multilingüismo y el silenciamiento de las relaciones de poder que oprimen
a los hablantes de lenguas originarias; y una asociación rígida y naturalizada
entre lengua, cultura, identidad y territorio, que termina estereotipando a los
hablantes de estas lenguas. Todo lo anterior se basa, a su vez, en una noción de
lengua como un dispositivo autónomo, completo y delimitado, cuya dinámica
existiría al margen de sus hablantes, y no como un fenómeno fundamental-
mente social.
Este repertorio interpretativo, que forma parte del sentido común de una
comunidad para el entendimiento social compartido, se ha erigido en un mo-
mento histórico especíco, en el que la expansión global del capital ha incre-
mentado la necesidad de que las instituciones, las corporaciones y los Estados
revaloricen todo tipo de diversidad en función a los intereses del capitalismo
contemporáneo (Kymlicka, 2013; Duchêne y Heller, 2013). El paradigma de la
Marca País, y su forma de entender la diversidad, es precisamente una muestra
de lo anterior (ver Canepa y Lossio, 2019). Sin embargo, como toda movida
ideológica, la versión de la realidad que se ha impuesto borra los antagonismos
122 I
Virginia Zavala y Raiza Franco
sociales, oculta sus intereses y crea la ilusión de que nos conviene a todos por
igual.
Ahora bien, cada vez que usamos el lenguaje no solo reproducimos re-
pertorios interpretativos que han sido cultural e históricamente heredados,
sino que también tenemos la oportunidad de desaarlos a n de transformar
la propia realidad social y nuestras relaciones con ella. Creemos que, si bien el
trabajo en las escuelas no es suciente para transformar ideologías (Hornber-
ger, 2008), el sistema educativo constituye un espacio donde se pueden empe-
zar a modicar estos discursos. En relación a la problemática de la diversidad
lingüística, los estudiantes deben conocer, pero también reexionar y hacer, en
el marco de una educación lingüística integral que promueva una conciencia
lingüística crítica.
Queremos volver a recalcar que es importante anclar más la discusión en
los hablantes y no en ‘las lenguas. El problema con el paradigma que prioriza la
defensa de las lenguas sobre la de sus hablantes es que no articula bien la igual-
dad de lenguas con la igualdad de recursos, y no lidia de manera suciente con
preguntas más elaboradas sobre la distribución de los recursos. Como arma
Blommaert (2001), “declarar las lenguas iguales no hace que sus hablantes sean
iguales en sociedades reales, pues lo que está en juego es mucho más que la
lengua (p.138). Es esto precisamente lo que tienen en claro los padres de fami-
lia cuando se oponen a la EIB. Según lo han discutido otros autores, la margi-
nalización simbólica (o la desvalorización de las lenguas) es solo un correlato
de la marginación real y material, en el sentido de que reeja la opresión social
y económica de los hablantes (Fraser, 1995; Stroud, 2001). Una política lingüís-
tica y una educación lingüística debería colocar esto último como lo central.
Como lingüistas interesadas en la problemática educativa, pensamos que
deberíamos asumir que no se contrarresta la discriminación existente hacia
los hablantes de lenguas originarias solo defendiendo sus lenguas o argumen-
tando que estas tienen la misma complejidad gramatical que el español. Todo
esto empezará a cambiar cuando se deje de indexar las lenguas originarias a
identidades inferiorizadas; cuando su uso se vincule cada vez más con el acceso
a recursos simbólicos y materiales en la sociedad; y, tal como nos lo recuerda
Blommaert (2004), cuando la lucha esté dirigida contra la marginación real de
las personas.
I 123
El Estado enseña sobre las lenguas originarias: una reflexión desde “Aprendo en Casa”
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