REVISTA PERUANA DE INVESTIGACIÓN EDUCATIVA

2022, No. 16

ISSN: 2077-4168

 

Reseña sobre Reátegui, L., Grompone, A., & Rentería, M. (2022).

¿De qué colegio eres? La reproducción de la clase alta en el Perú. Instituto de Estudios Peruanos

 

Sara Lucchetti

sc.lucchetti@gmail.com

 

Recibido: 14/06/2022

Aprobado: 25/07/2022

 

 

Reátegui, Grompone y Rentería (2022) han escrito un sugerente libro a partir de una investigación, que busca explicar la reproducción de las clases altas del país desde un análisis de las trayectorias de un grupo de personas con diferentes rangos de edad. Para ello, toman a la escuela como punto de partida. Desde una definición entre “élite” y “clase”, los investigadores explican cómo las redes generacionales de ciertas familias privilegiadas del país siguen accediendo y ocupando puestos con poderes de decisión. Esta investigación se sostiene en un marco conceptual en el que predominan las referencias a Marx, Weber y Bourdieu como ejes para desarrollar su análisis.

Un cuestionamiento que se plantean los autores es si los colegios de clases privilegiadas protegen y mantienen las formas de vida marcadamente segmentadas y exclusivas de las familias de clase alta y con mayor solvencia económica del país. Lo interesante, según sus hallazgos, es que la “naturalización” que se percibe al acceso de oportunidades termina mezclándose con lo meritocrático y la autopercepción de merecerlo. En ese sentido, los entrevistados del estudio no consideran que pertenecer a un circuito exclusivo con códigos culturales similares les dé mayores privilegios para acceder y ocupar puestos de poder en empresas importantes; al contrario, consideran que estar en esos cargos se deriva únicamente de su esfuerzo y mérito.

El libro parte de una premisa importante: no es casualidad que exista una sobrerrepresentación de personas privilegiadas, y provenientes de los colegios y las universidades más exclusivos del país en los pocos puestos de poder existentes. En efecto, Reátegui et al. (2022) indican que la escuela es el principal espacio de reproducción para perpetuar el poder en unas cuántas familias. Por ello, buscan comprender cómo son los colegios de los que egresa este grupo social. Los autores encontraron que los colegios les proveen a sus estudiantes “la excelencia”, la que incluye profesores de alto nivel, infraestructura, actividades extracurriculares exclusivas, entre otros aspectos. Cabe resaltar que los entrevistados hacen mucho énfasis en la formación recibida para ser ciudadanos del mundo, es decir, para poder interactuar con diferentes culturas y en diferentes espacios.

Si bien la excelencia académica está ligada a formar ciudadanos globales, interculturales y capaces, estos colegios no necesariamente conciben la formación de líderes desde una perspectiva de desarrollo humano, sino desde un desarrollo básicamente económico. Esto obliga a repensar en qué medida el colegio, como institución política, promueve la transformación social para una mayor inclusión y bienestar, y no la consolidación de un circuito privilegiado. En esa línea, no solo se trata de ver al sujeto como alguien que aporta económicamente a la sociedad, sino como alguien que cuenta con diferentes dimensiones, como la salud física y mental, el desarrollo educativo, condiciones materiales, entre otras. De hecho, el concepto de capital humano, según Amartya Sen y Martha Nussbaum (1999, citadas por Picazzo et al., 2011) hace referencia a la necesidad de potenciar las capacidades de las personas para promover el desarrollo humano.

Por otro lado, los investigadores también realizaron un singular trabajo de caracterización de las familias —haciendo énfasis en la relación generacional—, y de los espacios extracurriculares donde los estudiantes y sus familias interactúan. En esta explicación del circuito social, lo simbólico y la mimetización entre sujetos cobran importancia, debido a que ayudan a comprender que la clase alta, para ser un bloque sólido, se apoya en el amiguismo para posicionarse.

El análisis ofrecido por los autores respecto a los espacios de socialización como espacios de reproducción del poder, habilita la posibilidad de estudiar no solo las clases altas, sino cualquier grupo social con un interés específico. ¿Acaso familias de clase media e intelectual no buscan un colegio afín a su modo de pensar para sus hijos? ¿No es, entonces, el proyecto escolar lo que significa estar en esos colegios, y el entorno y estatus social lo que influye para la elección? Por lo tanto, usar los conceptos de capital cultural, habitus y reproducción social coadyuva a la comprensión de la elección de los colegios y las dinámicas entre los grupos sociales, más allá de la clase.

Un aspecto por considerar es que, pese a la larga lista de requisitos para la admisión en estos colegios de élite, la solvencia económica es uno de los principales factores para el ingreso y sostenibilidad. Así, es importante observar que, a dichos colegios, no solo ingresan los hijos e hijas de las familias con mayor nivel socioeconómico del país, sino también los de otras que —en el marco del fenómeno que explica que las clases medias se transforman, se diversifican y se expanden— han ascendido económicamente y pueden costear las altas pensiones. En esa línea, es en el colegio donde los estudiantes pueden acceder a otros espacios extracurriculares, adquirir un mismo habitus, afianzar vínculos y tejer nuevas redes debido a su solvencia económica, indistintamente de la familia socialmente privilegiada a la que puedan pertenecer. En ese sentido, se puede desprender del texto que la institución educativa no solo es un espacio que moldea al sujeto, sino un espacio político que segrega como resultado de la interacción entre la estructura, el sistema, las preferencias y elecciones de las familias y alumnos, y la implementación de las políticas (Martínez & Ferrer, 2018). En suma, la escuela es un espacio donde se forjan pensamientos, redes y comportamientos que no dependen solo de las familias de las que los estudiantes provienen, sino también de lo que el colegio, junto a la comunidad, propone como proyecto sociopolítico.

Los autores sostienen que la exclusividad para ingresar a los colegios, clubes y universidades puede originarse por una pretensión familiar para perpetuar el statu quo en relación con el poder, conocimiento y redes. Por esa razón, profundizar en la trayectoria de los estudiantes de un colegio de clase alta puede permitir, asimismo, analizar la segregación escolar, si afecta o no los sentidos y propósitos de aprendizaje, y la actuación futura del estudiante en su entorno social.

Adicionalmente, un hallazgo y aporte para relevar en la lectura es el rol de las mujeres desde una óptica generacional. Específicamente, en el contexto de colegio conservador y religioso, se ha observado que las expectativas de las mujeres jóvenes son similares a las de los hombres en tanto ambos buscan acumulación de dinero, así como puestos de poder, en contraste con la trayectoria de sus madres, quienes, pese a haber accedido a una profesión, optaron por la maternidad. Los autores subrayan que hay una fuerte influencia de la figura paterna en la elección de los colegios e, incluso, de las universidades, ya que hay un interés por parte de ellos en mantener y reproducir un circuito social, un prestigio, una tradición y el estándar académico.

Una limitación de la investigación es que, al elegir pocos casos para profundizar en la problemática, no necesariamente describe el universo. De esa manera, se estudiaron trayectorias que se centran y finalizan en puestos de empresas o de buffets de abogados, lo que deja de lado los matices y la diversidad de otros estudiantes, por ejemplo, los que no acceden a puestos de poder, o quienes se inclinan más por los aspectos cultural, social o científico. Otro aspecto para considerar es que, si bien Reátegui, Grompone y Rentería (2022) han optado por analizar la reproducción de las clases altas desde la noción de capital cultural, es necesario darle una mirada histórica y generacional. Ello se debe a que, en un grupo económicamente similar, se puede visibilizar que no todos los que están en ese espacio reproducen los privilegios, sino que, más bien, los adquieren entre generaciones y, a partir de ello, pueden acceder a ese circuito.

Dicho todo lo anterior, la lectura del libro ¿De qué colegio eres? La reproducción de la clase alta en el Perú invita a cuestionar sobre qué tipo de desarrollo se espera o se busca en estos colegios de élite; más aún, qué se espera de los egresados y egresadas como parte de la sociedad. Se necesita una educación que resulte coherente con un paradigma de desarrollo humano, en términos de Amartya Sen; esto supone que la escuela priorice una visión integral del sujeto, y una preocupación por la desigualdad y el mejoramiento de su entorno. Este estudio abre varias líneas de investigación. Una de ellas está relacionada a la homogeneidad en las clases altas. Por ello, es importante estudiar sus trayectorias; pese al habitus y sesgo de clase formados en el colegio que moldean comportamientos determinados, existe una historia generacional de ascenso social, así como de diversos intereses que puede compartir ese mismo grupo social.

Es necesario ver la institución educativa como un proyecto político que forma y contribuye socialmente con la sociedad. Por ello, es importante que las elecciones respecto a la primera institución de socialización de los niños y niñas contemplen la pregunta sobre qué tipo de desarrollo se espera a nivel individual y colectivo. De hecho, ese puede ser el medio para transformar y transitar hacia una sociedad más solidaria, democrática y tolerante.

 

Referencias bibliográficas

 

Martínez, L. & Ferrer, A. (2018). Mézclate conmigo. De la segregación socioeconómica a la educación inclusiva.Save the Children España.

Picazzo, E., Gutiérrez, E., Infante, J., & Cantú P. (2011). La teoría del desarrollo humano y sustentable: hacia el reforzamiento de la salud como un derecho y libertad universal. Estudios sociales (Hermosillo, Son.), 19(37), 253-279.

Putnam, R. (1994). Para que la democracia funcione. Tradiciones cívicas en Italia. Galas.